El mismo día que decidimos el primer tema de nuestra nueva aventura, solo venían palabras a mi imaginación. Y es que la palabra desayuno es una de mis preferidas.
Cuando te des-piertas, dejas de dormir, regresas de los sueños y por fin Desayunas. Y pensando en la palabra, desmontándola, me doy cuenta de que significa dejar de ayunar.
No solo mí estomago deja de ayunar sino todos mis sentidos, me tomo un café y veo la humeante cafetera.
Mi boca se abre para recibir el zumo de naranjas y mi nariz huele ese suave aroma.
Mis manos agarran con fuerza el pan para coger un trozo.
Añado azúcar al café mientras escucho el agudo sonido de la cuchara revotando de una pared a otra de la taza, señal de que el día ha comenzado.
Cual Hepburn, reviso si los diamantes están en el mismo sitio que el día anterior, si brillan igual, o si tal vez habrá que cambiar de lugar alguno para dar paso a otra joya.
Tiffanys, como un buen desayuno es un buen refugio para empezar el día y la vida.