Pues eso, que soy una envidiosa, creo que mucha gente también y a veces no es malo porque haces cosas que no harías por tí sola, o que no se te ocurren, o no te acuerdas. Es un buen sentimiento si está bien encauzado y te invita a competir, a imitar y mejorar lo visto, que puede ser un estímulo a la superación y a la creatividad.
Me dió envidia de los mandalas de Cristina y fuí corriendo a regalarme un precioso librito de mandalas para mi cumpleaños.
Lo malo es que se repite tema. Pues eso.
Qué bueno, Nuria, pero no creo que sea envidia, es que eres.... ¡una copionaaa! ¡jajaja! Aunque, como verás en mi entrada, yo conocí los mandalas gracias a ti.
ResponderEliminarEstán muy muy bonitos y coloridos tus mandalas del mundo.